domingo, 18 de marzo de 2012

Trabajar con los juguetes en el aula

Mucha gente cree que el uso del juego en el aula de infantil con materiales específicos solo sirve para llenar tiempos muertos y, jugar en definitiva, pero no posee un valor de aprendizaje en si mismo.
Nada más lejos de la realidad; sin entrar en disquisiciones teóricas sobre si el juego para aprovecharse debe programarse por rincones de actividad o no, diremos que el juego posee unas características que, por si mismo, le hace ser tremendamente educativo.
En primer lugar, el juego no tiene una consideración de actividad cerrada, sino que abre un montón de posibilidades diferentes de interpretación con un mismo material. Me dirán que con un coche hay que jugar a coches, y con una muñeca a los "bebés", pero no todo el material es tan unívoco, y es misión del profesor el seleccionar materiales de juego que permitan múltiples posibilidades de interpretación por parte de los niños, como son los materiales de construcción, las arquitecturas y otros; pero, incluso con materiales más concretos se pueden establecer diversas posibilidades de juego si se da la oportunidad de ello, o se mezclan varios tipos de juguetes.
En segundo lugar, el juego pone en escena todo un elenco de habilidades sociales que hay que poner en escena,  para compartir juguetes, elegir el tipo de juego y los diferentes roles de los personajes dentro del mismo, que pone a prueba las relaciones y afectos de los niños educándoles en este sentido, sobre todo en el curso de tres años.
En tercer lugar, al compartir juego y juguetes, las criaturas van a poner en juego un canal de comunicación a través del lenguaje que les va a hacer mejorarlo en todas sus funciones, consiguiendo que el niño con dislalias oiga hablar con el modelo correcto al compañero que juega con él, que escuche palabras nuevas pronunciadas en la boca de un compañero o expresiones sintácticas más correctas y elaboradas que las que él es capaz de hacer.
En cuarto lugar, y no menos importante, el juego con juguetes permite la consecución de objetivos comunes, lo que da paso a actividades de tipo cooperativo donde importa más lo que construimos entre todos que el ego particular.
Para el profesorado, el juego con juguetes permite observar y conocer en profundidad a su alumnado, ya que al moverse este en un entorno menos formal, a pesar de desarrollarse en el aula, tiende a comportarse de una forma más espontánea, y al pensar que no es observado como en las actividades más formales por el adulto, suele sacar todo su repertorio asociado a su personalidad, y si el docente está atento, puede aprender mucho más de su alumnado en el transcurso del juego que en otras actividades más reguladas.
El juego espontáneo o semidirigido, tiene más importancia en tres años, disminuyendo a medida que van avanzando los cursos, aunque siempre es importante que tenga un hueco entre las rutinas del aula.

A continuación vean unas fotos de niños de cuatro años jugando a juegos semiestructurados, con juguetes de construcción que permiten diversas posibilidades con el mismo material.





Diferentes actividades realizadas con los juguetes


Actividad de construcción de tipo cooperativo


Los niños exploran las posibilidades que ofrece el material


A veces juegan solos, otras veces no.

La recogida del material.

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