martes, 24 de enero de 2012

Algunos dibujos de los niños:

Son dibujos hechos entre diciembre y enero. Posteriormente subiré más.






Fotos de navidad:



Aquí mando las fotos de navidad que sacó Elvira, el día 23/12/2011. La última corresponde a un regalo en forma de galleta navideña que nos hizo María García Soriano.
Actividades para el día de la Paz.-

Voy a subir alguna de las poesías que hemos preparado en los distintos ciclos de mi colegio, para el día de la Paz.


CREAR LA PAZ, CONSTRUIR LA PAZ.-  (Para 5º y 6º de primaria).

La paz no existe, hay que crearla.
Todos desconfiamos de los demás
y nos creemos mejores que los otros.


La paz no existe, hay que construirla,
pues es demasiado grande el precio
que pagamos por no creer en los demás.


Si queremos que las futuras generaciones
puedan habitar el planeta sin miedo
a que una bomba superpoderosa
les borre de la faz de la tierra

Hemos de crear la paz,
hemos de construir la paz.


Pero, para ello:

Hemos de borrar la desconfianza
de nuestro pensamiento.
Somos desconfiados porque somos débiles.
Si confiamos nos haremos fuertes
y tendremos espíritu para crear.

También nos sobra la codicia,
¿Para que queremos tantas cosas,
si al final tenemos que morir?
Si pensamos más en dar, y
menos en recibir y acaparar
seremos ricos para crear.

Si obramos con confianza,
y nuestra riqueza es el dar
el mundo será más justo
y, cuando reine la justicia,
podrá, al fin venir la paz.

Todos somos importantes,
en este constante batallar,
y deseándolo todos,
obligaremos a nuestros gobernantes
a que la Tierra esté en Paz.


Pero una paz libre y deseada,
basada en la justicia social,
no paz impuesta por el miedo,
que dan las armas al crepitar.

Por eso, amigos, hermanos,
creemos y construyamos la paz,
para que llegue un día en la Tierra,
en el que podamos proclamar:


Que no necesitamos armas,
que nos basta con la palabra.
Que no necesitamos fronteras,
es más lo que nos une que lo que nos separa.

Pero hasta que ese momento llegue,
no nos podemos parar,
cada vez que confiamos, y sin reservas nos damos
estamos construyendo la paz.


Y eso, es algo importante
algo por lo que luchar,
Lleva el hombre 3.000.000 de años
sobre la Tierra,
y no ha parado de pelear.

Díagamoslo entre todos,
¡BASTA, BASTA YA!


SABEMOS VIVIR EN PAZ      (Educación infantil)

Si no temes a nadie
y te sabes fiar,
si tu ayudas a todos,
tu vives en paz

Si prestas lo que tienes,
y con agrado lo das,
tu siembas confianza,
tu, vives la paz

Sembremos el futuro,
con esperanza y bondad,
si trabajamos unidos,
habremos ganado la paz.

Paz en el mundo,
paz, por favor,
los niños queremos, un futuro mejor.

EL EDIFICIO DE LA PAZ    (Primer ciclo de primaria)


Cuando presto mi lápiz,
cuando doy de mi pan,
cuando juego con todos,
estoy construyendo la Paz

Si no me cuelo en la fila,
si ayudo en la ficha a Juan,
si soy cariñoso con todos,
estoy construyendo la Paz.

La Paz es un edificio
que no necesita puertas,
pues recibe a todo el mundo
que tenga voluntad de ella.

El amor son sus cimientos,
la confianza sus escaleras,
la amistad son sus ventanas
y la generosidad su chimenea.

Este bonito edificio,
aún no está terminado,
ayudemos a construirlo
y el mundo habrá mejorado.

TEN CONFIANZA  (Segundo ciclo de primaria)


Si los aviones solo llevaran personas
y los tanques la tierra allanaran,
si los barcos solo fueran cargueros,
en el mundo reinaría la paz

Si los submarinos solo cable tendieran,
y los helicópteros fuego apagaran,
si las metralletas estuvieran en los museos,
en el mundo reinaría la Paz.

Si los cuarteles fueran escuelas
y los polvorines guardaran el pan
si no necesitáramos ministerio de la guerra,
en el mundo reinaría la paz.

Si cambiamos la codicia por confianza,
si cambiamos el tener por el dar,
no tendremos miedo al futuro
y en el mundo reinaría la Paz.

Ten confianza, es posible
construir un mundo en paz,
debes creer en ti mismo,
abrirte y ayudar a los demás.

Todas estas poesías, pueden utilizarse libremente sin ninguna restricción de autor.

viernes, 6 de enero de 2012

Nuevos juegos populares:
Tengo el empeño de traer a este blog los juegos populares de mi niñez, empezando por los más adecuados para iniciarse en la etapa de infantil y continuando con aquellos que requieren jugadores de más edad. Hoy voy a traer tres juegos que pueden empezar a jugarse con cuatro años, que alcanzan su madurez a los cinco y su máximo desarrollo a los seis y siete años. Son juegos que, en su origen los jugaban los varones, pero que son aptos para todo tipo de jugadores.
La fruta:
Juego para cinco o seis jugadores, con una madre que se elige por sorteo y que es la que dirige el juego, pudiendo reemplazarse cada cierto tiempo. La madre permanece sentada enfrente del resto de jugadores
que han de agarrar una cuerda con una de sus manos. La madre describe sin nombrar, una fruta por sus características y, los otros jugadores van respondiendo por turnos hasta que uno de ellos acierta; en ese momento, sueltan la cuerda y salen todos a correr perseguidos por el jugador acertante que, por el hecho de acertar tiene potestad para golpear con su mano, en la espalda, al resto de jugadores si es que consigue alcanzarlos. La persecución cesa cuando la madre pronuncia las palabras
"richi toma, richi toma" que hace regresar a los jugadores al punto de partida, agarrar la cuerda y comenzar de nuevo.
El juego puede continuarse durante mucho tiempo, ya que pueden adivinarse muchas categorías de objetos, no solo frutas.
Quién logre acertar tres veces seguidas, o cinco alternas se gana el derecho a ser madre y dirigir el juego.

El escondite del cromo:
Es un juego muy parecido al anterior, pero con algunas variantes: aquí no hay madre, sino que por sorteo <otro día pondré ejemplos de las formas de sortear que tienen los niños> un jugador gana el derecho a esconder un cromo significativo dentro del recinto de juego que, ha de ser lo suficientemente grande para tener muchos escondrijos. El ocultador tiene tiempo hasta que el resto de jugadores cuenta 100 para esconder el cromo < o el objeto que sea, pues cualquier objeto vale mientras no sea peligroso ni inmanejable> y, a partir de entonces los demás deben buscar el objeto a ciegas, guiándose por las indicaciones del ocultador que serán de este estilo: "frío, como el agua del río" , "Caliente, como el agua de la fuente" y, cuando alguien está muy cerca del objeto, "Se quema".
Cuando alguien encuentra el objeto, tiene potestad para golpear con la mano en la espalda de los demás jugadores, incluida la del ocultador, hasta que estos llegan a un lugar acotado llamado "casa", que es el mismo donde cuentan mientras el ganador esconde el objeto, pues el premio a encontrarlo es la posibilidad de esconderlo en el juego siguiente.
El juego transcurre así, hasta que todos han escondido el objeto o se aburren.

Sobre cuantas:
Este juego requiere la formación de dos equipos, cada uno de ellos compuesto de entre tres y cinco jugadores, con un líder en cada equipo. Los capitanes "echan suertes" y eligen cada uno a su equipo y, por último, sortean que equipo gana el primer juego y que equipo "pica".
A continuación comienza el juego que consiste en lo siguiente: El equipo ganador se sube en la espalda del perdedor, cada jugador en uno del otro equipo y el líder encima del líder contrario. El líder tapa los ojos del jugador contrario y le dice "sobre cuantas", mientras que con la otra mano extiende de uno a cinco dedos, a su elección. El otro contesta "sobre ..." eligiendo una cantidad; si acierta, el equipo perdedor pasa a ganador y serán ellos quienes ahora se subirán encima y pondrán la cantidad, y si no aciertan vuelven a repetir el juego hasta que lo hagan, con la particularidad que el líder del equipo ganador se subirá cada vez en un jugador distinto del equipo que pierde, hasta que haya preguntado a todos. Si después de eso, aún no han adivinado la cantidad, se empieza de nuevo y, ahora es otro líder distinto del equipo ganador quién pone la cantidad.
Este juego, al ser de equipo y con reglas muy estrictas, es el menos indicado para educación infantil, <al menos para cuatro años> de los que aquí hemos indicado.
Seguiremos, en este blog, rescatando juegos populares, aunque solo sea para que no se pierdan en el olvido, ya que los niños de hoy no encuentran gusto en este tipo de juegos, porque no controlan ni dominan la calle y, para disfrutar de estos juegos hay que controlar la calle y disfrutar de la misma, lo cual hoy en día, en las ciudades, es una quimera.

jueves, 5 de enero de 2012

Los problemas de la educación infantil:
En anteriores entregas, dije que había dos grandes problemas sin resolver en la educación infantil. Uno de ellos era la falta de adaptación del alumnado que inicia tres años para el cual propusimos algunas soluciones y el otro, del que trataremos hoy es el problema de la lectoescritura.
Este problema de la lectoescritura se incardina a su vez, en el problema más general de la falta de ubicación de la etapa de infantil en los centros de primaria, y lo definiré del siguiente modo:
Desde la implantación de la reforma, y con el advenimiento de la educación infantil pasó de considerarse el aprendizaje lectoescritor como una tarea ajena a la educación infantil a ser considerado no solo una tarea importante y fundamental, sino el eje vertebrador de la misma. Esto se ha ido recogiendo en las diferentes leyes por las que hemos pasado hasta ser considerado en la última como un aprendizaje fundamental que ha de ser llevado a término.
El aprendizaje de la lectura y la escritura, aparte de ser complejo, requiere una inversión muy fuerte en tiempo y recursos que ocupa la mayor parte de los tres cursos de la etapa si se quiere hacer correctamente.
El profesorado de infantil, fiel y cumplidor donde los haya, en vez de plantearse porque la administración le fija unos objetivos tan ambiciosos en una etapa que ni siquiera tiene carácter obligatorio, se puso manos a la obra y ha ido sacando las diferentes promociones con niveles lectoescritores muy adecuados y, por supuesto, cumpliendo las previsiones que se le demandaban.
Obviamente estos niveles, dependían del punto de partida inicial de cada centro en concreto, pero, aún en los casos más difíciles los resultados han sido espectaculares.
Y se preguntarán ustedes, si esta tarea ha sido realizada con éxito, ¿Cómo la plantea usted como un problema de la educación infantil?
Por dos motivos principales: en primer lugar por la extensión y complejidad de la tarea en sí misma, que hace que aunque se haga muy bien, y se lleve a término, siempre queda inconclusa por falta de tiempo, y el profesorado de infantil, al terminar 5 años, siempre nos quedamos con la sensación de que con un poco más de tiempo hubiéramos obtenido más fruto, ahora que el alumnado estaba en sazón <si se me permite la expresión>. Y, el segundo motivo, que está muy relacionado con el primero es que en la gran mayoría de los casos el alumnado que ha terminado infantil con un gran nivel lectoescritor, al llegar a primaria, como mínimo se le cambia el método de aprendizaje, cuando no se tira por tierra toda la enseñanza anterior y se parte de cero, consiguiendo que promociones que han acabado infantil con un gran nivel de lectoescritura al llegar a primero se estanquen o retrocedan no solo en conocimientos sino en el ritmo de aprendizaje. Esto, que responde a uno de los grandes problemas no resueltos de la educación pública española, al menos en Andalucía que es lo que conozco, que es la falta de sintonía y coordinación entre la educación infantil y la primaria, hace que el profesorado de infantil seamos, con la aquiescencia tácita de la administración, ninguneados una y otra vez por el profesorado de primaria, que con el beneplácito de los equipos directivos,  que no tiene en cuenta nuestra labor, cuando no la desprecia y la echa por tierra, haciendo retroceder el nivel del alumnado cuando llega a primaria.
Este gran problema, que es una de las causas principales de deserción del profesorado de infantil, podría paliarse en gran medida y entrar en vías de solución, permitiendo al profesorado de educación infantil que asumiera la tutoría de primero de primaria al terminar la de cinco años y, así, completar la lectoescritura del alumnado de una forma exquisita y sin ningún parón ni retroceso en el ritmo de aprendizaje de los pequeños.
Esto que pido, que organizativamente es sencillo de hacer en los centros, solucionaría en gran medida el problema de la descoordinación entre etapas y subiría la autoestima del profesorado de infantil que, por otra parte, estamos hartos de trabajar y de ser los "últimos monos" en los centros educativos.

miércoles, 4 de enero de 2012

Contra el olvido de los juegos populares:
Sabemos que hoy día, pese al empeño y dedicación de muchas personas, los juegos populares <como toda la tradición oral> están condenados a desaparecer.
No voy a hacer aquí yo una tesis sobre las causas de tal motivo, causas que, por otra parte, son de sobra conocidas por cualquiera interesado en el tema; lo que pretendo es aportar mi granito de arena y ayudar a que pasen a la posteridad los juegos populares que aprendí durante mi niñez, aprovechando este nuevo medio con que contamos <Internet> que permite guardar todo tipo de cosas y rescatarlas del olvido.
Hoy, voy a empezar con los juegos de comba, que oía cantar durante mi niñez a las niñas en la calle <en aquel tiempo los varones no jugábamos a esos juegos, aunque a muchos nos gustaran>. Estos juegos fueron escuchados en Villamayor de Santiago provincia de Cuenca, que es el pueblo donde he vivido mi infancia.
De dichos juegos, que son canciones cantadas mientras se salta a la comba, voy a aportar solo la letra, pues aunque la música la recuerdo perfectamente, carezco de los suficientes conocimientos musicales para pasar las canciones a una partitura sin cometer errores. Posteriormente, cuando domine la edición de vídeos en la red, quizá me atreva a filmarme cantándolas, pero por ahora solo mostraré la letra.
Estas canciones llevan una coreografía asociada que consiste en saltar a la comba sin trabarse al compás de la canción, de manera que unas veces se salta a velocidad normal y otras mucho más rápido, dificultando la ejecución del juego. En las canciones que voy a presentar, cuando alguna parte vaya repetida con la palabra "bis" significa que la primera vez se salta a velocidad normal y la segunda mucho más rápido.
En lo referente a la edad idónea para ejecutar este tipo de juegos diremos que, si bien en infantil de 5 años pueden iniciarse las canciones de comba más sencillas, es a los seis y siete años la edad normal de comienzo, mientras que en el segundo ciclo de primaria es cuando más se disfruta y se viven este tipo de juegos.
En la actualidad, si bien el profesorado de educación física se empeña en rescatar estos juegos, la espontaneidad en su manifestación ha desaparecido casi totalmente, así que si desde aquí se puede ayudar a su recuperación bienvenida sea.
Paso ya a presentar la letra de algunas canciones de comba, bastante sencillas todas, en orden de dificultad:
Doña Josefina:
Doña Josefina, era una señora,
que se constipaba,
cada media hora.
¡achiss!, ¡achiss!, ¡achiss! (Añadiendo velocidad a la comba en los estornudos).
Rabo de la sartén:
rabo, rabo de la sartén,
¿Cuántos hijos voy a tener?
uno,dos,tres,cuatro,... (bis)
Se sigue aumentando números hasta que falla la persona que está saltando y es sustituida por otra.
A la virgen del Carmen:
A la virgen del Carmen
quiero y adoro
porque saca las almas 
del purgatorio
A la virgen del Carmen
le han hecho un manto,
del color de los cielos
azul y blanco.
Al terminar se repite la letra a mayor velocidad.
Los ratones de mi cueva:
Los ratones de mi cueva,
ya no gastan calzoncillos,
porque comen calabaza
y se ponen amarillos.
Quisiera saber mi vocación
soltera, casada viuda o monja...(bis)
Quisiera saber quién es mi novio
Pepe, Luis, Juan o Antonio... (bis)
Quisiera saber que día me caso
lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado o domingo...(bis)
Todos estos juegos se ponían muy interesantes cuando las dos personas que movían la comba empezaban a hacerlo deprisa y la persona que saltaba tenía que demostrar su destreza.


Las diferencias entre el año cronológico y el año escolar:
A nadie de los profesionales que trabajan en educación infantil se les escapa las diferencias de madurez que hay entre niños de un  curso nacidos en enero o febrero y niños del mismo curso nacidos en noviembre o diciembre. Dichas diferencias, que pueden llegar a ser notables, condicionan el aprendizaje y las relaciones sociales de estos niños durante gran parte de su infancia, y esto no lo digo yo sino que lo dicen estudios internacionales hechos al efecto.
Es evidente, que siempre que haya alumnado de un curso, tiene que haber personas nacidas en el primer mes y personas nacidas en el último, pero mi propuesta es la siguiente: ¿Por qué las administraciones, en vez de considerar el año natural para inscribir a los niños en un curso, no consideran el año tomado de septiembre a septiembre como en meteorología?
Con ello, todos los niños llegarían al colegio con tres años cumplidos, y con ello más oportunidades de madurez en todos los ámbitos y más oportunidades de aprendizaje. De este modo, se acortarían los plazos de adaptación y se conseguiría integrar y poner en marcha mucho más rápidamente las clases de tres años, reduciendo el estrés en alumnado y docentes y consiguiendo mejores resultados más rápidamente.
Desconozco si esta propuesta tiene visos de salir adelante, pero ahí la dejo caer por si acaso.
Lo que está claro es que, en la actualidad, hay un problema muy grave de falta de adaptación en las clases de infantil de tres años, problema que redunda en el aprendizaje de los niños y, en la adaptación y el gusto de los profesionales a cargo de estas aulas, y, a la administración, lo único que se le ocurre para solucionarlo es acortar, e incluso suprimir los períodos de adaptación, con lo cual en vez de solucionar el problema lo agrava.
Si queremos en un futuro, tapar la sangría de buenos profesionales que están abandonando la educación infantil y lléndose a primaria, la administración debe cuidar la educación infantil y no tenerla, como en la actualidad, dejada de la mano de dios. Hay dos grandes problemas no resueltos en la educación infantil: uno es la falta de adaptación en el comienzo de 3 años y, el otro, el tener que llevar la lectoescritura a término a los 5 años, sin tener el tiempo suficiente para que se posen esos conocimientos. Otro día trataré el problema de la lectoescritura, pero hoy, con relación al problema de los 3 años, mi propuesta permitiría reducir el problema existente en gran medida, pues niños que vienen al colegio ya con tres años, son más despiertos, menos dependientes y pueden incorporarse a un ritmo alto de clase sin peligro de quedarse descolgados de sus compañeros.
Por si alguna vez, la administración se decide a escuchar a los profesionales de educación infantil, ahí dejo mi propuesta. Es una pena que la etapa de enseñanza que cuenta, con diferencia, con los mejores profesionales de la escuela pública sufra una vez y otra, deserciones masivas buscando condiciones laborales mejores a las que se dan en esta etapa, y es hora, de que las administraciones pasen de las palabras a los hechos y empiecen a cuidar a sus profesionales, de los que depende mucha de la formación de las generaciones futuras.

domingo, 1 de enero de 2012

Reflexiones de año nuevo:
Al profesorado, en general, y al profesorado de infantil en particular, en los últimos quince años se le ha mareado con varios cambios de leyes educativas, que han llevado aparejados, más explícita o tácitamente, la asunción de nuevas perspectivas teóricas en psicología de la educación, sobre las que nadie ha preguntado a los profesionales, o , al menos, a la mayoría de estos, su opinión sobre las mismas antes de tener que asumirlas.
Este no ha sido el único problema; desde que en 1.990 se aprobara la L.O.G.S.E., con cambios tan drásticos en el modelo educativo, respecto a lo que imperaba entonces, < en nuestra etapa fue cuando se creo la educación infantil, desapareciendo el preescolar>, varias leyes de educación, nos han visitado, y todas han traído su propuesta ideológica y sus referencias teóricas educacionales, pero, a diferencia de la L.O.G.S.E., que traía consigo todo un marco teórico desarrollado en la práctica y puesto a disposición del profesorado en las cajas rojas de la educación, las diferentes leyes surgidas a continuación, incluida la L.E.A., que es la que está ahora vigente, nos han traído sus marcos teóricos sin modelos de comparación en la práctica.
Puede que para las nuevas generaciones de profesorado, más preparadas en los modelos teóricos actuales, la asunción de nuevos postulados no suponga problema alguno, pero para quienes, como yo, llevamos más de veinte años trabajando en la educación infantil, el cambiar tus ideas, tus postulados y tu práctica diaria, por una teoría nueva, maravillosa que no sabemos quién ha llevado a una nueva ley de educación como el último grito, no es cosa de un día, ni de un mes, ni siquiera de un año. Si además, el modelo teórico viene sin implementación ejemplificada en la práctica educativa, el sobresalto para el profesorado es tremendo. Me explicaré con algunos ejemplos:
Con la venida de la L.O.G.S.E., la aparición de la educación infantil y la asunción teórica de métodos constructivistas en la práctica diaria, se dió un giro coopernicano al modelo educativo que, a la mayoría nos costó varios años asumir. Pasamos de una base psicogenética, donde Piaget era Dios, y donde al niño no se le podía forzar el aprendizaje ya que este era producto del desarrollo, a otra donde se pone el énfasis en el aprendizaje, como factor condicionante y modelador del desarrollo que, ahora, puede ser acelerado.
Este cambio tan radical, una cosa es situarlo en las leyes y, otra bien distinta, llevarlo a la práctica con todas sus implicaciones claras. Tuvimos que empezar a conocer a Vygotski, y a los demás teóricos del constructivismo, y asumir que la inteligencia ya no era algo innata sino que venía definida en forma de capacidades, que podían ser modeladas y modificadas mediante un buen proceso educativo.
Cuando por fin teníamos asumida e implementada en la práctica la ley, nos la cambiaron, y nos metieron nuevos postulados teóricos, esta vez sin literatura previa aplicada a la práctica educativa, y por si fuera poco, en los últimos años hemos conocido varias leyes de educación, la última de ellas la L.E.A.. Para volverse loco.
Hablando de la L.E.A., la gran innovación teórica que aportaba era el concepto de competencia, que pasó desde entonces a ser el centro dimanante del aprendizaje educativo. Tanto se nos ha hablado de competencias, y de tan diferentes maneras y por diferentes personas, que yo tengo la sensación de que, en realidad, nadie sabemos a ciencia cierta que son y, sobre todo, como se aplican en la práctica para ser eficaces. Desde la postura de infantil, donde por cierto no son obligatorias las competencias y seguimos educando capacidades <otro día hablaré de como las administraciones públicas tienen relegada a la educación infantil dentro de la etapas educativas> tenemos la sensación de que es la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner la que subyace bajo el entramado teórico de las competencias, y su asunción también conlleva una serie de cambios en la práctica diaria, que no pueden hacerse en poco tiempo.
Por todo ello, y como deseo de año nuevo, el profesorado de infantil le pedimos a los señores políticos que hacen las leyes educativas, que tengan en cuenta que llevar a la práctica las implicaciones teóricas derivadas de la aplicación de una ley no es cosa baladí, ni que se haga en poco tiempo, y se necesita el poso de la práctica continuada para llevar dichos cambios a efecto, por lo cual, señores políticos, pónganse de acuerdo, saquen una buena ley, pero no nos la cambien cada poco tiempo, porque nos van a volver locos y, en segundo lugar, cuando van, de una vez, a dar a la educación infantil el peso y la importancia que tiene dentro del sistema educativo. Por favor, obligatoriedad de la educación infantil de una vez para siempre.
Espero, que los Reyes Magos, puedan escucharnos.