jueves, 5 de enero de 2012

Los problemas de la educación infantil:
En anteriores entregas, dije que había dos grandes problemas sin resolver en la educación infantil. Uno de ellos era la falta de adaptación del alumnado que inicia tres años para el cual propusimos algunas soluciones y el otro, del que trataremos hoy es el problema de la lectoescritura.
Este problema de la lectoescritura se incardina a su vez, en el problema más general de la falta de ubicación de la etapa de infantil en los centros de primaria, y lo definiré del siguiente modo:
Desde la implantación de la reforma, y con el advenimiento de la educación infantil pasó de considerarse el aprendizaje lectoescritor como una tarea ajena a la educación infantil a ser considerado no solo una tarea importante y fundamental, sino el eje vertebrador de la misma. Esto se ha ido recogiendo en las diferentes leyes por las que hemos pasado hasta ser considerado en la última como un aprendizaje fundamental que ha de ser llevado a término.
El aprendizaje de la lectura y la escritura, aparte de ser complejo, requiere una inversión muy fuerte en tiempo y recursos que ocupa la mayor parte de los tres cursos de la etapa si se quiere hacer correctamente.
El profesorado de infantil, fiel y cumplidor donde los haya, en vez de plantearse porque la administración le fija unos objetivos tan ambiciosos en una etapa que ni siquiera tiene carácter obligatorio, se puso manos a la obra y ha ido sacando las diferentes promociones con niveles lectoescritores muy adecuados y, por supuesto, cumpliendo las previsiones que se le demandaban.
Obviamente estos niveles, dependían del punto de partida inicial de cada centro en concreto, pero, aún en los casos más difíciles los resultados han sido espectaculares.
Y se preguntarán ustedes, si esta tarea ha sido realizada con éxito, ¿Cómo la plantea usted como un problema de la educación infantil?
Por dos motivos principales: en primer lugar por la extensión y complejidad de la tarea en sí misma, que hace que aunque se haga muy bien, y se lleve a término, siempre queda inconclusa por falta de tiempo, y el profesorado de infantil, al terminar 5 años, siempre nos quedamos con la sensación de que con un poco más de tiempo hubiéramos obtenido más fruto, ahora que el alumnado estaba en sazón <si se me permite la expresión>. Y, el segundo motivo, que está muy relacionado con el primero es que en la gran mayoría de los casos el alumnado que ha terminado infantil con un gran nivel lectoescritor, al llegar a primaria, como mínimo se le cambia el método de aprendizaje, cuando no se tira por tierra toda la enseñanza anterior y se parte de cero, consiguiendo que promociones que han acabado infantil con un gran nivel de lectoescritura al llegar a primero se estanquen o retrocedan no solo en conocimientos sino en el ritmo de aprendizaje. Esto, que responde a uno de los grandes problemas no resueltos de la educación pública española, al menos en Andalucía que es lo que conozco, que es la falta de sintonía y coordinación entre la educación infantil y la primaria, hace que el profesorado de infantil seamos, con la aquiescencia tácita de la administración, ninguneados una y otra vez por el profesorado de primaria, que con el beneplácito de los equipos directivos,  que no tiene en cuenta nuestra labor, cuando no la desprecia y la echa por tierra, haciendo retroceder el nivel del alumnado cuando llega a primaria.
Este gran problema, que es una de las causas principales de deserción del profesorado de infantil, podría paliarse en gran medida y entrar en vías de solución, permitiendo al profesorado de educación infantil que asumiera la tutoría de primero de primaria al terminar la de cinco años y, así, completar la lectoescritura del alumnado de una forma exquisita y sin ningún parón ni retroceso en el ritmo de aprendizaje de los pequeños.
Esto que pido, que organizativamente es sencillo de hacer en los centros, solucionaría en gran medida el problema de la descoordinación entre etapas y subiría la autoestima del profesorado de infantil que, por otra parte, estamos hartos de trabajar y de ser los "últimos monos" en los centros educativos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario