viernes, 5 de julio de 2013

Son las rutinas las que crean los hábitos

Infantil de tres años es quizá el curso más importante de toda la escolarización obligatoria <pese al hecho de no ser obligatorio> por que durante el se adquieren las bases que van a desarrollar todo el proceso de aprendizaje.
Dichas bases se establecen en torno a la creación de hábitos, que son pensamientos, acciones y actitudes deseables que se enseñan a los niños para que estos las incorporen a su bagaje de conocimientos para siempre, y puedan utilizarlas a voluntad cuando lo deseen.
Pero también pueden enseñarse hábitos no tan deseables, aunque no sea voluntariamente, y hay que tener mucho cuidado al elegir que hábitos se enseñan a los niños de tres años, para no crear malos hábitos.
Para poder enseñar bien un hábito, y conseguir que se automatice y pueda ejecutarse sin necesidad de pensar en el mismo <que es cuando un hábito está conseguido> tenemos que establecer una serie de rutinas o pasos que nos lleven a la consecución del mismo. Dichos pasos deben ser siempre los mismos y estar ejecutados en el mismo orden, con lo cual conseguiremos no solo que el niño se los aprenda sino que los anticipe y pueda llegar a ejecutarlos de modo automático, sin necesidad de pensar en los mismos, lo cual le dará seguridad y confianza acelerando así el proceso de consecución del hábito.
Por ello, es muy importante elegir bien las rutinas que cada hábito necesita y llevarlas a cabo con destreza. Las rutinas deben ser las necesarias, ni una más, deben tener un orden y ejecutarse siempre de la misma forma en el mismo tiempo y lugar, porque solo así conseguiremos fijar el hábito.
Cuando comienza el curso de tres años, y los niños están inseguros y fuera de lugar en el aula, empezamos a establecer rutinas para dar un sentido al tiempo del colegio. Se establece una rutina de entrada, una rutina para acceder a la asamblea, una rutina para el horario de desayuno, para salir al patio, para la hora de salida, etc... Este establecimiento de rutinas hace que el niño anticipe lo que va a hacer en el colegio, y al irlo conociendo le vaya perdiendo el miedo y adquiriendo seguridad, con lo cual poco a poco va cogiendo el hábito de estar en el colegio y superando el periodo de adaptación.
Pero no solo se establecen rutinas para esto, sino para cualquier tipo de aprendizaje, pues el tener pasos claros siempre da seguridad al niño, y la seguridad le hace confiar en sí mismo, crecer, y facilita la consecución de los hábitos y los aprendizajes.
Por eso, es tan importante tres años. Si en este curso programamos buenas rutinas y conseguimos formar buenos hábitos, tendremos hecha una gran parte del trabajo para 4 y 5 años y, me atrevería a decir para gran parte de la educación primaria.
Pero los hábitos y las rutinas que conducen a ellos no son exclusivos del ámbito escolar sino que en la casa deben trabajarse y fomentarse porque dan un excelente resultado.
En posteriores entradas veremos algunos ejemplos de trabajar los hábitos.

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