viernes, 6 de julio de 2012

¿Educamos en analógico?

El título de la entrada viene al caso, porque un congreso de móviles y herramientas tecnológicas que se está celebrando en Madrid, pone de relieve la importancia de estos instrumentos entre las nuevas generaciones, y hace la siguiente pregunta: ¿Seguimos educando a nuestros alumnos en analógico, cuando estamos en la era digital?
En lo que a la educación infantil respecta, no me cabe duda de que así es, pues seguimos gastando un montón de tiempo y recursos en enseñar la escritura manuscrita al alumnado, escritura que a día de hoy solo se utiliza ya en la realización de exámenes en los periodos de estudios, y muy poco tiempo a acostumbrar al alumnado al uso de un teclado y un ratón, que es lo que van a usar más profusamente en el transcurso de su vida.
Las razones de esta disgresión son varias: en primer lugar, gran parte del profesorado que impartimos la educación infantil pertenecemos a la era analógica y no poseemos más que un dominio de tipo usuario en las nuevas tecnologías que nos lleva a no estar seguros en su impartición en el aula. en segundo lugar, los planes de estudios no recogen con claridad la importancia de dicho tema ni lo desarrollan adecuadamente y, en tercer lugar los equipos que poseemos en los centros suelen ser escasos y estar obsoletos y, cuando se da una materia de informática no llega más que a la educación primaria, porque no hay desarrollados programas para infantil, al menos en nuestro centro.
Pero el que la escuela siempre llegue tarde y vaya a contracorriente de la evolución tecnológica, no significa que esta no le vaya a acabar afectando, hasta el punto de cambiar el modelo de escuela que tenemos actualmente. El hecho de poder contar con Internet en el aula, bien manejado nos pone en disposición de un acceso rápido a una cantidad de información a la que jamás podremos llegar con un libro de texto, y esto, se quiera o no, es la muerte definitiva del libro de texto, porque no nos vamos a quedar con una información más condensada y reducida cuando podamos tener acceso a fuentes mucho mayores y más diversas de información. El que esto no se haya generalizado ya se debe, por una parte a la comodidad del profesorado que se aferra a su libro de texto, y, por otra a la falta de manejo para extraer y enseñar a extraer la información al alumnado de una herramienta tan importante como es Internet, pero es cuestión de tiempo, y de la misma forma que la imprenta desterró los incunables y supuso una ampliación y generalización del conocimiento, el uso de la red nos acostumbrará a no manejar una única fuente de información, sino varias, y aprender a contrastarlas y usarlas con rigor, con lo cual seremos más difícilmente manipulables y más libres en definitiva.
Y, ante esta revolución que ya ha llegado, aunque la escuela prefiera mirar para otro lado, entre otras cosas porque a los políticos que controlan la escuela pública nunca les interesa que los niños se hagan más críticos y aprendan a contrastar la información, porque pueden llegar a plantearse cuestiones tales como el papel de dichos políticos, la educación infantil tenemos la obligación de ser pioneros <como siempre> y formar niños y niñas tecnológicamente autosuficientes en el manejo de dichos aparatos, para lo cual debemos contar con el apoyo de las familias.

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