LOS COLORES
A los cuatro años,
podemos iniciar el juego de reglas en el alumnado, a la vez que potenciamos las
relaciones sociales y de liderazgo.
Los colores es un buen juego
para iniciarse. En él participan 3 tipos de jugadores:
La madre, que es quién reparte papeles a los demás y quién llama al
color que ha de venir.
El reo, que es el jugador o jugadora castigada que ha de adivinar
el color que la toca para abandonar esa posición.
Los colores, que son el resto de jugadores, e intervienen a petición
de la madre.
El número de jugadores es
variable, pero pueden jugar hasta diez o más.
El Desarrollo del juego es el siguiente:
La madre sortea mediante
la fórmula de retahíla <”pito, pito, etc.…”> quién será el niño o niña
que pique y, asocia a los demás, un determinado color que han de memorizar. A
continuación, el reo se agacha y la madre le tapa los ojos, llamando a uno de
los colores que vendrá y le dará un golpe en la espalda –no muy fuerte-. En ese
momento el reo se levanta, se le destapan los ojos y, tiene que adivinar que
niño o niña le ha golpeado. Los demás jugadores, para despistar repiten la
cantinela “pío, pío, que yo no he sido”, acompañada de un giro de manos y
brazos. Cuando elige a un jugador lo lleva ante la madre que le preguntará la
siguiente fórmula:
¿De
dónde traes este saco?, a lo que el reo responderá, “del molino” y, entonces,
la madre le responderá “llévatelo, que no es mío” o “déjamelo, que es mío”
dependiendo si ha acertado o no el niño que le ha golpeado. En caso de fallar
tiene hasta tres oportunidades, si el número de jugadores es 9 o más, dos si
son de seis a nueve, y solo una si son menos de seis. Si agotadas las
oportunidades, no ha acertado, vuelve a ser reo y recomienza el juego, así
hasta que hayan golpeado todos los colores elegidos. Si acierta quién le
golpeo, abandona el puesto de reo, que ocupará ahora el infractor, pasando la
madre a repartir colores de nuevo y comenzando a jugar otra vez.
El juego es muy divertido, gusta
más a las niñas que a los niños, y puede hacerse desde los cuatro años.
Conviene que al principio, el papel de madre lo haga el profesor para enseñar
las reglas del juego, hasta que los jugadores se ponen de acuerdo y eligen una
madre entre ellos.
Cuando el juego se ha
institucionalizado, pueden cambiarse los colores por figuras geométricas,
números, letras u otras cosas que conozcan.
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